INTRODUCCIÓN
Tradicionalmente, los residentes quirúrgicos han aprendido la especialidad al lado de cirujanos expertos[1].
“Ver uno, hacer uno y enseñar uno” es una frase que
frecuentemente representa lo que ha sido el método convencional
de enseñanza quirúrgica desde las primeras propuestas
educativas hace más de un siglo[2] . Sin embargo, actualmente
los residentes se enfrentan a entrenamientos más limitados
debido a muchas restricciones legales y horarias, a la exigencia de
técnicas cada vez más complejas, y a factores
económicos que limitan la enseñanza dentro del
quirófano.[1, 3-5]
La simulación representa una solución a los factores que
influyen negativamente en el desarrollo de destrezas
quirúrgicas, los cuales obedecen, principalmente, a las
limitaciones propias de enseñar en entornos clínicos.[6-10]
Este instrumento complementa el entrenamiento tradicional para la
adquisición de destrezas quirúrgicas, permitiendo acortar
las curvas de aprendizaje en un ambiente seguro y controlado sin
comprometer la seguridad del paciente. Fomenta la práctica
deliberada y repetitiva del procedimiento y favorece una
evaluación estandarizada y monitorizada con objetivos claros
previamente establecidos y una retroalimentación efectiva.
Este modelo no pretende eliminar el contacto con el paciente durante el
proceso de enseñanza, puesto que la experiencia con el paciente
ha sido y será siempre pieza clave en el proceso de
formación de los profesionales de la salud en todo contexto y
etapa del aprendizaje.[1] La Sociedad Venezolana de Cirugía
(SVC) considera importante la realización de demostraciones
prácticas en quirófano y en simuladores
quirúrgicos, así como también, la ejecución
de intervenciones con tutores calificados y pasantías
obligatorias en servicios especializados como los laboratorios de
Cirugía Experimental.[11,12]
Un punto importante a considerar es el aumento progresivo de la
cirugía mínima invasiva (CMI) para el tratamiento de las
enfermedades quirúrgicas y el tratamiento no quirúrgico
de las lesiones en órganos sólidos, ha condicionado que
la inversión en centros de entrenamiento fuera de la sala de
operaciones se derive principalmente al desarrollo de modelos y
sistemas de simulación para cirugía laparoscópica
y/o robótica, haciendo que muchos residentes pierdan el
interés en practicar procedimientos convencionales en
cirugía abierta.[13-15]
En este momento, una gran cantidad de centros de formación
quirúrgica carecen de programas o planes de estudio enfocados en
el uso de simuladores como método de entrenamiento para
desarrollar habilidades técnicas, adicionalmente, muchos
laboratorios de simulación no cuentan con programas para la
capacitación en procedimientos de cirugía abierta,
centrando sus objetivos fundamentalmente en la CMI y dejando una brecha
importante en el proceso de formación de los residentes.
Este estudio está dirigido a identificar centros de
capacitación quirúrgica en Venezuela que utilicen la
simulación para el entrenamiento de habilidades técnicas,
así como también, conocer la opinión de los
miembros de la Sociedad Venezolana de Cirugía acerca del uso de
simuladores para el desarrollo de habilidades técnicas en
cirugía abierta y cuáles procedimientos básicos y
avanzados deberían ser practicados.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo, transversal, y de campo. Se
diseñó un instrumento de recolección de datos tipo
encuesta con el objeto de comprobar la existencia de centros o
laboratorios de simulación quirúrgica en Venezuela,
así como también, conocer la opinión de los
encuestados acerca de la importancia de la simulación como
método de entrenamiento para desarrollar habilidades
técnicas y de la capacitación de los cirujanos en
procedimientos en cirugía abierta.
Las encuestas fueron enviadas por correo electrónico utilizando
la plataforma Google Forms Survey (GFS) a todos los miembros activos de
la Sociedad Venezolana de Cirugía (SVC) cuyos datos de contacto
estaban disponibles en sus bases de datos. Los criterios de
inclusión fueron: ser miembro activo de la SVC, tener correo
electrónico activo en la base de datos de la SVC, laborar en un
servicio o departamento quirúrgico en el país y aceptar
voluntariamente a participar en el estudio. Se excluyeron a todos los
individuos que no cumplían con la totalidad de estos criterios.
Los análisis estadísticos se realizaron con el software
IBM SPSS Statistics for Macintosh, Versión 25.0 y el software
Excel®. La técnica de análisis utilizada fue la
estadística descriptiva.
RESULTADOS
De acuerdo con los registros aportados por la SVC, un total de 1115
cirujanos fueron identificados, estos se agruparon según las
siguientes zonas geográficas del país donde se
encuentran: a) región central, con 639 miembros (57,3 %); b)
región occidental, con 186 (16,7 %); c) región oriental,
con 181 (16,2 %); d) región de los llanos, con 59 (5,3 %); e)
región de los andes, con 50 (4,5%). Un total de 1115 encuestas
fueron enviadas.
Se consideró un tiempo de ocho semanas para esperar por la
respuesta de los participantes, posterior a esto, se hizo un segundo
envío y se agregó un tiempo de espera de cuatro semanas
más. 111 encuestas (9,95 %) fueron contestadas
satisfactoriamente.
De los individuos que enviaron sus respuestas, 89 corresponden al sexo
masculino (80,2 %) y 22 al femenino (19,8 %). Las zonas
geográficas donde estos participantes ejercen su
profesión son: a) región central con 64 (57,7 %); b)
región occidental con 18 (16,2 %); c) región oriental con
19 (17,1 %); d) región de los llanos con 6 (5,4 %); e)
región de los andes con 4 (3,6 %). Siendo los estados con mayor
número de participantes de forma individual: Distrito Capital
(52), Zulia (8), Lara (8), Aragua (6), Carabobo (6) y Monagas (6). 65
individuos manifestaron contar con otra especialidad quirúrgica
y 51 de ellos (78,4 %) indicó de cual especialidad se trata,
destacando las siguientes: cirugía oncológica con 11
(21,5 %), cirugía bariátrica con 10 (19,6 %),
coloproctología con 6 (11,7 %), cirugía cardiovascular
con 5 (9,8 %), cirugía hepatobiliopancreática con 4 (7,8
%) y cirugía de vías digestivas, CMI y plástica
con 3 respuestas para cada una (5,9 %).
El 52,2 % de los participantes tienen más de 20 años en
ejercicio profesional como cirujanos y 29,7 % tienen entre 10 y 20
años. 42,3 % tienen más de 20 años como miembros
de la SVC. El 57,7 % trabaja tanto en Instituciones públicas
como privadas y un 39,6 % solo en privadas. El 74,8 % de los individuos
manifestaron que en la Institución donde ejercen sus funciones
como cirujanos existe actualmente un Postgrado de Cirugía
General (Tabla 1). De estos postgrados, el 65,1 % son universitarios y
el 34,9 % son asistenciales, destacando las siguientes Instituciones
que los avalan: Universidad Central de Venezuela (UCV) 25,3 %,
Universidad de Oriente (UDO) 13,2 %, Universidad de Carabobo (UC) 9,6
%, Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS) 8,4 %, La
Universidad del Zulia (LUZ) y el Instituto Venezolano de los Seguros
Sociales (IVSS) con 7,2 % para cada caso, Universidad de los Andes
(ULA), la Cruz Roja Venezolana (CRV) y el Centro Médico Docente
La Trinidad (CMDLT) con 3,6 % para cada uno. (
Tabla 1)
Las Instituciones donde se ejecutan los programas de formación
se encuentran distribuidas por todo el territorio nacional, destacando
los Estados: Distrito Capital 38 (45,8 %), Carabobo 8 (9,6 %), Zulia,
Lara y Monagas con 6 cada uno (7,2 %), Anzoátegui y
Bolívar con 3 cada uno (3,6 %), Yaracuy y Barinas con 2 cada uno
(2,4 %), Falcón, Nueva Esparta, Sucre y Mérida con 1 cada
uno (1,2 %), 6 % (5) de los participantes no contestaron. De estos 83
participantes, el 75,9 % (63) manifiesta trabajar activamente en las
tareas docentes y/o asistenciales que se realizan en estos Postgrados.
El 99,1 % (110) de los participantes considera importante el uso de
simuladores para el desarrollo y/o entrenamiento de habilidades
técnicas como complemento al proceso tradicional de
enseñanza - aprendizaje en los Postgrados de Cirugía
General en Venezuela. 67,6 % no tiene conocimiento sobre la existencia
de centros de entrenamiento basados en simulación
quirúrgica en el país y 32,4 % manifiesta que si,
destacando los siguientes: Instituto de Cirugía Experimental UCV
(ICEUCV) con 20 respuestas (55,6 %), Centro de Simulación
Laparoscópica Hospital Domingo Luciani (CSLHDL) IVSS - Caracas
con 4 (11,1 %), Centro de Simulación Laparoscópica
Instituto Médica La Floresta (CSLIMF) Caracas con 3 (8,3 %) y
Centro de Simulación SUMEQ (CSS) Maracaibo - Edo. Zulia con 2
(5,5 %). Sólo 11 participantes (9,9 %) manifiestaron contar con
un laboratorio de simulación quirúrgica activo dentro de
la Institución donde trabajan actualmente: CSLIMF con 3
respuestas (27,3 %), y ICEUCV con 2 (18,2 %).
La mayoría (89,2 %) de los participantes no conoce sobre la
existencia de un plan de estudios basado en simulación
quirúrgica en el país y 10,8 % indicó que si los
hay, mencionando las siguientes Instituciones: ICEUCV con 6 respuestas
(50 %) y CSLIMF con 3 (25 %), de estos individuos, ninguno
manifestó que cursar y aprobar este programa sea considerado un
requisito obligatorio para la culminación de la formación
académica de los residentes. 11 individuos (9,9 %) manifestaron
conocer sobre la existencia de iniciativas para incorporar programas
estructurados, validados y de curso obligatorio basados en
simulación como método de capacitación para los
residentes, mencionando los siguientes centros: CMDLT con 5 respuestas
(45,5 %), Hospital Universitario de Caracas (HUC) con 3 (27,3 %) y
Hospital Domingo Luciani (HDL) con 2 (18,2 %) (
Figura 1).
El 99,1% de los participantes considera fundamental el desarrollo de
habilidades técnicas en cirugía abierta mediante el uso
de simuladores y el 98,2 % considera importante la creación e
implementación de un programa de entrenamiento basado en
simulación para el desarrollo de las mismas. 94,6 % manifiesta
que estos programas deben estructurarse en módulos que inicien
con tareas básicas y permitan al estudiante ir avanzando
gradualmente hacia procedimientos más complejos, mencionando las
siguientes tareas básicas con mayor frecuencia: técnicas
de sutura y anudado quirúrgico manual e instrumental con 66
respuestas (59,4 %), accesos vasculares centrales y periféricos
con 20 (18%), técnicas de disección manual y uso adecuado
del material e instrumental quirúrgico con 16 cada una (14,4 %),
incisiones quirúrgicas con 15 (13,5 %), cierre de heridas con 14
(12,6 %), inserción de drenajes torácicos con 12 (10,8
%), técnicas de sutura y anudado quirúrgico
laparoscópico con 10 (9 %), técnicas de engrapado y
procedimientos avanzados en la vía aérea
(intubación, traqueostomías, cricotiroidotomías)
con 8 cada una (7,2 %), punciones guiadas por imágenes con 7
(6,3 %), normas de asepsia y antisepsia con 6 (5,4 %), técnicas
de hemostasia con 4 (3,6 %), colocación de drenajes en general,
inserción de trócares laparoscópicos y
técnicas de disección instrumental con 2 cada una (1,8
%); 19 % no aportó datos.
Los procedimientos complejos o avanzados que deberían incluirse
en un programa de entrenamiento, de acuerdo con el mayor número
de respuestas obtenidas, son los siguientes: anastomosis intestinales
con 83 respuestas (74,7%), colecistectomías con 48 (43,2 %),
reparación de defectos de la pared abdominal con 34 (30,6 %),
resecciones intestinales con 28 (25,2 %), apendicectomía con 26
(23,4 %), reparaciones vasculares con 25 (22,5 %), gastrectomías
y exploraciones de vías biliares con 24 cada una (21,6 %),
histerectomías con 21 (18,9 %), ostomías y
tiroidectomías con 10 cada una (9 %), reparaciones
hepáticas con 9 (8,1 %), pancreáticas con 6 (5,4 %) y de
lesiones iatrogénicas con 3 (2,7 %); 3 participantes (2,7 %) no
aportaron datos (
Figura 2).
DISCUSIÓN
El debate actual sobre el uso de la simulación como herramienta
en la educación quirúrgica no responde a su utilidad,
sino a cómo hacerla más efectiva. El entrenamiento de
habilidades quirúrgicas dentro de un laboratorio de
simulación es altamente efectivo, los residentes formados en
centros donde implementan programas quirúrgicos basados en
simulación son capaces de realizar los procedimientos de forma
más rápida, con menores errores y mejores resultados
durante las operaciones reales en el quirófano[3,16-22].
En el 2004, el Colegio Americano de Cirujanos (ACS) y la Sociedad
Americana de Cirujanos Endoscópicos y Gastrointestinales (SAGES)
establecieron el programa: Fundamentos en Cirugía
Laparoscópica (FLS) con el objetivo de estandarizar la
capacitación quirúrgica en este campo y así
mejorar la seguridad y el cuidado general de los pacientes [23]. En el
2006 el ACS estableció los requisitos para que las instituciones
pudieran ser acreditadas y certificadas como centros de
formación en simulación quirúrgica con el fin de
elevar los estándares del proceso de capacitación [24] y,
desde el 2009, el programa FLS es un requisito fundamental para aprobar
los exámenes de la Junta Americana de Cirugía (ABS) [2].
El Comité de Revisión de Residencia en Cirugía de
EE. UU. también enfatizó la necesidad del entrenamiento
continuo y estableció directrices para que todos los programas
de formación tuvieran acceso a laboratorios de simulación.
La gran mayoría de los cirujanos participantes de este estudio
(67,6 %), y que se encuentran distribuidos por todo el territorio
nacional, no tienen conocimientos acerca de la existencia de centros de
entrenamiento basados en simulación quirúrgica, sin
embargo, cerca de un tercio (32,4 %) de los participantes
manifestó conocer sobre la existencia de estos centros de
simulación, la gran mayoría de ellos (75 %) reportados en
la región capital y ninguno de estos individuos aseguró
que estos centros cuenten con programas que sean considerados como un
requisito obligatorio para la culminación de la formación
académica de los residentes, por otro lado, el 89,2 % de los
participantes no conoce sobre la existencia de un pensum, programa o
plan de estudios basado en simulación quirúrgica en el
país. Todo esto representa una visión amplia de la
situación actual de la enseñanza quirúrgica por
simulación en Venezuela, ya sea porque no existe o porque no se
tiene información sobre ella en las distintas regiones del
país.
Korndorffer JR Jr et al, [25] evaluaron 162 programas de residencia en
EE. UU. evidenciando que sólo el 55 % disponían de
laboratorios de simulación y que sólo la mitad de estos
centros tenían un programa estructurado y obligatorio dentro del
proceso de formación de los residentes, dejando en evidencia que
sólo una cuarta parte, aproximadamente, de los 253 programas de
residencia en Cirugía en EE. UU. disponían de un plan de
estudios estructurado para simulación. No obstante, el 85 % de
los centros consideraron que la capacitación en simuladores es
efectiva para mejorar el rendimiento en el quirófano. Este
trabajo demostró que el uso de simuladores para el mejoramiento
de habilidades técnicas no es tomado en cuenta como obligatorio
por todas las Instituciones.
El entrenamiento previo a una operación real ha demostrado un
mejor aprendizaje y una práctica más eficiente,
permitiendo al aprendiz enfocar la atención en los detalles
técnicos del procedimiento sin la necesidad de aprenderlos por
primera vez en el paciente [26-29]. Un alto porcentaje (99,1 %) de los
miembros de la SVC que dieron sus aportes para este estudio
están de acuerdo con la implementación de la
simulación como método de entrenamiento complementario
para los residentes de cirugía del país y la gran
mayoría de ellos considera importante el entrenamiento de
habilidades técnicas en cirugía abierta (99,1 %),
así como también, la creación e
implementación de un programa de entrenamiento basado en
simulación para el desarrollo de las mismas (98,2 %).
Exponer de forma precoz a los residentes a la realización de
procedimientos complejos para su nivel de entrenamiento puede resultar
en una experiencia de aprendizaje insatisfactoria tanto para ellos como
para el tutor [30,31]. Una gran cantidad de los participantes del
estudio (94,6 %) manifestó que el entrenamiento debería
estructurarse y ejecutarse en módulos que inicien con tareas
básicas y permitan ir avanzando gradualmente hacia
procedimientos más complejos. Estas tareas básicas
están representadas principalmente por: técnicas de
sutura y anudado quirúrgico manual e instrumental y
laparoscópico, accesos vasculares centrales y
periféricos, técnicas de disección manual, uso
adecuado del material e instrumental quirúrgico, incisiones
quirúrgicas y cierre de heridas, inserción de drenajes y
procedimientos avanzados en la vía aérea, punciones
guiadas por imágenes y normas de asepsia y antisepsia, entre
otros como las técnicas de hemostasia.
De los 12 procedimientos avanzados que fueron descritos con mayor
frecuencia por los participantes, 5 corresponden al sistema
gastrointestinal y 4 a órganos accesorios a este sistema,
representando entre ellos el 75 % de las respuestas.
CONCLUSIÓN
Un alto porcentaje de los cirujanos que trabajan y/o enseñan en
las instituciones de salud públicas y privadas del país
no tienen acceso a herramientas de simulación quirúrgica.
La mayoría concuerda con que su implementación es
altamente potenciadora para el desarrollo de las habilidades
técnicas de los cirujanos en formación.
Aprobación ética: Este artículo no contiene
ningún estudio con participantes humanos o animales realizado
por ninguno de los autores.
Conflicto de Intereses
El autor declara no tener conflicto de interés con la presente investigación.
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